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Independientes Por Mario Luis ALTUZAR
SUÁREZ Permitir o rechazar las
candidaturas independientes a cargos de elección, decidiría el 28 de
septiembre y se pospuso para el 2 de octubre, la Suprema Corte de Justicia
de la Nación. Podría terminar así, el monopolio de los partidos políticos
para permitir a los ciudadanos acceder al poder gubernamental. Aunque
existen dudas de las bondades económicas que implicaría el cambio jurídico
electoral. Con base en el artículo 41
constitucional, los partidos políticos son entidades de interés público en
donde la ley determinará las formas específicas de su intervención en el
proceso electoral que se había interpretado como su adjudicación exclusiva
para postular candidato a cargos públicos de
elección. El primero en mostrar en 2005
la deficiente interpretación de la Máxima Ley mexicana, fue el ex
candidato presidencial de la Casa Blanca, George
Castañeda Gutman, quien se cobijó en la
protección de la propietaria del sindicato magisterial, la chiapaneca
Elba Esther Gordillo, aunque equivocó el camino
jurídico, posiblemente para distraer sobre la creación del partido de su
protectora para atomizar el voto priísta. Utilizó la vía del amparo
frente al precepto constitucional, cuando jurídicamente debía exigir la
revisión del ordenamiento para que la Suprema Corte resolviese en
consecuencia. Fue el segundo Víctor González,
doctor Simi y hermano del yerno del desaparecido
tamaulipeco, Emilio Martínez Manatou, secretario
particular del entonces Presidente Gustavo Díaz Ordaz y fallido aspirante
a candidato presidencial del PRI en 1969. Solicitó su registró como
candidato presidencial independiente el 14 de enero de
2006. Un trámite que hizo ante el
Instituto Federal Electoral presidido por Carlos Ugalde, miembro del grupo político del yerno de la
líder magisterial Gordillo Morales, y que fue rechazado sin elementos
jurídicos, lo que favoreció al empresario con el crecimiento de su red de
farmacias, posiblemente, el único objetivo ya que se ignoró buscar otra
vía jurídica. Pese a los intereses tan ajenos
al perfeccionamiento de la vida electoral mexicana, los dos casos cobran
interés nacional ante el fracaso de los partidos políticos en la promoción
de la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la
integración de la representación nacional y como organizaciones de
ciudadanos, hacer posible el acceso de estos al ejercicio del poder
público, como lo ordena el artículo 41
constitucional. Se puede documentar el fracaso
partidista en la promoción de la participación ciudadana con base en el
cómputo final de las elecciones pasadas, en donde el número de electores
que votaron fue ligeramente superior al de los que se abstuvieron, lo que
reduce la legitimidad de los triunfadores y complica su capacidad de
liderazgo. También fallaron en contribuir
a la integración de la representación nacional si se observa el profundo
nepotismo imperante en todos los partidos políticos, controlados por
grupos de poder o tribus que se dividen los cotos de poder, usurpando los
legítimos derechos de sus bases militantes. Nombres hay muchos en donde
ningún partido queda exento. Como resultado se tiene,
entonces, la ineficiente e insuficiente representación ciudadana en el
sistema de partidos políticos y organizaciones políticas que se
transformaron en una próspera industria electoral de grupos bien definidos
en los grandes y familiares en los pequeños, subsidiados por el erario
público sin mecanismos de control en sus gastos. La respuesta urgente podría ser
la validación de los candidatos independientes, observada y propuesta el
martes pasado, por el ministro Juan Silva Meza y secundada por sus pares,
Genaro Góngora, Olga Sánchez, Margarita Luna, Guillermo Ortiz y José Ramón
Cossío. Por cuestiones de tiempo, según
el ministro presidente Mariano Azuela Huitrón,
se pospuso la votación para hoy, con la oposición minoritaria de los
ministros Sergio Valls, José de Jesús Gudiño, Sergio Aguirre y Juan Díaz Romero. El
argumento es: "Todo poder público dimana del
pueblo y se instituye para beneficio de éste… Ya está dando un elemento
que después va a especificar, esa soberanía se ejerce por poderes públicos
y los poderes públicos tienen que estar al servicio del pueblo, de donde
dimanan…" Empero, ese razonamiento sería
adecuado para el artículo 39 constitucional y no para el 41 que se sometió
a debate, por lo que hoy podría permitirse la figura electoral de los
candidatos independientes, lo que dejaría la tarea al Poder Legislativo
para modificar las leyes electorales y normar su
participación. À | ||
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