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Diógenes Por Mario Luis ALTUZAR
SUÁREZ Inició el relevo presidencial.
En la reunión de hora y media el 20 de septiembre del señor Calderón
Hinojosa con el secretario de Gobernación y su director de inteligencia,
conoció la herencia que recibirá del foxismo.
Como dirían los clásicos: Recibirá una situación complicada política,
económica y social. Con focos rojos de alto
riesgo. Pese a la retórica, entregar
sin obstáculos la administración, del señor Vicente Fox a su regreso de Nueva York, en donde olvidó insistirle al presidente de los
Estados Unidos, George W. Bush hijo, sobre el inacabado acuerdo migratorio
prometido desde el inicio de su gestión, el mayor obstáculo podría
encontrarse en el polvorín en que convirtió al
país. Se infiere que la primera
reunión formal del presidente Electo con Jaime Domingo López Buitrón,
director del Centro de Información y Seguridad Nacional (Cisen), la espina dorsal del espionaje nacional,
obedece a la profunda preocupación que debe tener sobre la existencia de
guerrillas en cuando menos 14 estados de la
República. No se trata de la insurgencia
de Internet y capuchas románticas financiadas por el alto clero político,
que emergieron en el primer minuto de 1994 en el clima reeleccionista apoyada con entusiasmo por Manuel
Camacho Solís, sino de organizaciones que sobrevivieron a la llamada
Guerra Sucia y fortalecieron su actividad clandestina de una verdadera
izquierda. Las condiciones también son
distintas. En el relevo Salinas-Zedillo la
crisis económica estaba ausente y el baño de sangre se daba entre los
grupos de poder. Ahora, la pérdida del 80% del
poder adquisitivo salarial frente a la excesiva concentración de la
riqueza en una minoría, el desempleo de 2 y medio millones, la expulsión
de 5 millones a los Estados Unidos, la anarquía sangrienta impuesta por el
narcotráfico, el asesinato de 24 periodistas y las movilizaciones
oaxaqueñas, aparejadas a cerca del 50% de abstención en las urnas,
representan un excelente caldo de cultivo a la
violencia. Un recuento de los daños foxistas que obligan a meditar sobre la conveniencia
de proseguir con el modelo salinista, devastador
de la economía nacional a favor de la dependencia de los Estados Unidos,
que según los observadores, representaría el hoy presidente Electo y
curiosamente, también era la oferta real del perredista tabasqueño Andrés Manuel
López. El escenario es ignorado por la
multimillonaria chiapaneca Elba Esther Gordillo
Morales y que anunció su disposición a incrustarse en el próximo gabinete
presidencial como pago a la factura de haber impedido el triunfo del
priísta tabasqueño Roberto Madrazo, contrasta
con la realidad lacerante de los maestros y el retroceso de la educación
laica y gratuita. Más realista se mostró el
secretario de Elecciones del PAN, Arturo García Portillo, al decir: “No
habrá exigencia de nombres, ni vetos, ni cuotas, ni nada de ese tiempo,
nosotros seres muy respetuosos de ese proceso”, lo que le corrigió la
plana a su dirigente nacional, Manuel Espino, que reclamó carro
completo. El mensaje es claro para los
apresurados aventureros que se han beneficiado en el ejercicio del poder.
Y aunque fue directa la respuesta a las aspiraciones de la protegida de
Carlos Jonguitud Barrios, tiene repercusión
directa en muchos otros. Por ejemplo, en el salinista oaxaqueño Heladio
Ramírez López, eternizado al frente de la CNC. Investido de demócrata, el ex
gobernador de Oaxaca, inició una cruzada nacional para rescatar,
supuestamente, al PRI que, dijo, se alejó de su plataforma doctrinaria a
favor de los más desprotegidos. Se le olvidó mencionar al ladino dirigente
que él fue amnésico de los compromisos sociales tricolores sin atender el
justo reclamo de sus paisanos. Ardua tarea tiene, entonces, el
presidente Electo que, como Diógenes, requiere de una lámpara en plena luz
del día para encontrar a los hombres y mujeres que integrarán su gabinete
en el inicio de la cohabitación del ejercicio en el poder, al mismo tiempo
de recibir un país cuya administración exige impunidad a sus excesos de
corrupción. À | ||
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