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La
Opción Por Mario Luis ALTUZAR
SUÁREZ “El 1 de diciembre habrá
Presidente”, dijo el lunes pasado el señor Vicente Fox, luego entonces, México carece de investidura
presidencial con la interrogante: ¿Desde cuándo? Aunque los hechos
parecerían mostrar que desde el 1 de diciembre del 2000, el país zozobra.
Parecería desmoronarse con la frase evasiva de responsabilidad: ¿Por qué
yo? Para algunos, la frase pudiese
ser desafortunada aunque fue un reconocimiento inconsciente del señor
Fox, según la “minoría” del denominado Círculo
Rojo, como identificó siendo Presidente electo y después en funciones, a
los periodistas, editores y analistas que dudaron la posibilidad de
gobernar con frases ingeniosas y sin programas de
gobierno. En los estertores de su gestión
se redujo la investidura presidencial a la simple gerencia administrativa
en donde la promesa del cambio se concretó al cambio de su estado civil y
si fracasó en su intento de casamiento religioso contraviniendo sus
principios de credo que sería una traición a sus principios, es normal que
haya incumplido al mandato imperial. Un recuento de daños internos y
externos. Hacia el interior, jamás creó el millón de plazas y en cambio,
aumentó en 2 millones y medio el desempleo; el crecimiento del 7% se
redujo al 0.7% anual; la inseguridad aumentó directamente proporcional al
colapso económico y la ingobernabilidad bañó en sangre al país por el
enfrentamiento entre narcotraficantes… Al frente externo, el ex
gerente de una embotelladora transnacional le incumplió al Banco Mundial
la instrumentación de las Reformas Estructurales consistentes en ampliar
los impuestos al consumo para sostener a la estructura gubernamental y que
se despreocupó por los excedentes de ingresos petroleros escondidos en
sospechosos fideicomisos. Mención aparte merece la
próspera exportación de mexicanos que ocuparon el primer lugar en el
ingreso de divisas al país, por encima del petróleo, que aunado al
instinto de conservación de las dos terceras partes de la población
económicamente activa por medio de la economía informal, evitaran el
desbordamiento social por la profunda recesión. Sin embargo, el permitir que
las faldas que le enorgullecieron, usaran y abusaran de su posición al
industrializar la filantropía con cargo a los poderosos de la oligarquía y
acelerar su personal seguridad económica con empresas creadas en 2003 que
mostraron utilidades multimillonarias, así como la enajenación del sistema
aduanal entre otras, causó malestar. Es cierto que sin la valiosa
colaboración de su amiga, la propietaria del sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo Morales, para debilitar los
cimientos del PRI y gratificar a sus gobernadores por su traición a su
candidato presidencial, le permitió al señor Fox
eludir el compromiso de alternar el poder partidista, pactado en 1995 con
Estados Unidos. Ignoró que la red de espionaje
del vecino cuenta con información oportuna. Y la anunciación de heredar el
poder a su serenísima Martita, aunado al incumplimiento de compromisos con
los inversionistas en su larga y costosa campaña presidencial desde 1997,
encendieron los focos rojos en Washington. Hay indicios. El Fondo Nacional
para la Democracia que asumió las actividades políticas clandestinas de la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) desde 1982, estuvo muy cerca de los
protagonistas electorales, en donde, curiosamente, los 3 candidatos
presidenciales adquirieron como militantes de última hora a reconocidos
operadores del salinismo. Con el priísta Roberto Madrazo existe una relación casi familiar con el ex
Presidente Carlos Salinas de Gortari, con el panista Felipe Calderón Hinojosa se incrustaron
destacados operadores como Genaro Borrego y con el perredista Andrés Manuel López Obrador destaca Manuel
Camacho Solís. Ahora, al “cumplir” Gordillo
Morales para que Madrazo no llegase a la
Presidencia que violentó la alternancia partidista pactada desde 1993 con
las reformas constitucionales salinistas, y la
trayectoria cuestionable del ex priísta López Obrador confirmó la
desconfianza de la clase media y se consolidó el escenario foxista de preservar el
poder. El interés del señor Fox es contrario al interés de los Estados Unidos, ya
que pulverizó al Legislativo con minorías partidistas que imposibilitarán
reformas constitucionales, por lo que se intuye que se “premia” y
“castiga” en los medios estadounidenses al señor López Obrador para que
sostenga y radicalice su impugnación. Sin tener un oráculo y
solamente con los antecedentes históricos, el resultado esperado por los
Estados Unidos es la crisis política institucional con dos opciones:
Disolver al Congreso o mantenerlo si se ajusta a su “responsabilidad”
constitucional para nombrar un Presidente interino. Frente el fracaso del
señor Fox la gestión del señor Salinas resulta
muy atractiva. Y sí, el 1 de diciembre habrá Presidente, como lo
pronosticó el señor Vicente Fox. À | ||
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