Arcano |
Días de
Oscuridad Por Mario Luis ALTUZAR
SUÁREZ TOLUCA DE LERDO, Edo. Mex.- Aquí, el
gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, dijo: “Como parte activa de la
conciencia nacional, los periodistas asumen todos los días el enorme
desafío de informar”. En Chihuahua ejecutaron un periodista. En Oaxaca
toman por asalto las oficinas de un periódico. En el D. F., López Obrador
arremete contra los medios. Hechos que se dieron en 24
horas. Entre el 8 y el 9 de agosto. En puntos tan distantes. Formas tan
distintas. Una sola realidad: De ser testigos de la historia, los
periodistas pasan a ser protagonistas de su propia historia. Solos. En
busca de la verdad en días de oscuridad y confusión. En la indefensión.
Suman 24 muertos y 3 desaparecidos en el foxismo. El Diario de la Tarde de
Villahermosa, Tabasco, reportó que el 8 de agosto, dos individuos armados
tomaron por asalto las oficinas del periódico Noticias en Oaxaca, dejando
heridos a dos voceadores. Ismael Sanmartín Hernández, director editorial,
responsabilizó a Jorge Franco Vargas, ex secretario general del gobierno
de Ulises Ruiz. La sospecha se funda en que el
ex funcionario fue denunciado penalmente el año pasado, cuando sus
instalaciones fueron tomadas en otro asalto armado, retuvieron a 31
trabajadores en sus oficinas, el desalojo violento de las mismas y la toma
de las bodegas donde fue asesinada una persona. Desde entonces, la CROC
bloqueó sus oficinas. En otro lado, cerca del
kilómetro 7 de la carretera Chihuahua-Aldama, a
las 14 horas, se encontró el cadáver del director de la revista policíaca
“Dos Caras Una Verdad”, Enrique Perea Quintanilla de 50 años, con signos
de tortura y cuando menos dos balazos y que había desaparecido desde las
11 de la mañana del 8 de agosto. Un asesinato atribuido por la
autoridad al crimen organizado y que eleva a 24 el número de periodistas
victimados en el foxismo, con un promedio de 4 por años para ubicar a
México en el primer lugar en América Latina de periodistas asesinados por
cuestiones relacionadas con su trabajo informativo y, lo más grave, en
total impunidad. Aunque se creó una fiscalía
especial en febrero pasado, atribuir al crimen organizado, un concepto tan
amplio como ambiguo, es el dogma de una administración cuya cabeza se
quejó desde que ganó las elecciones, de la incomprensión de un círculo
rojo integrado por críticos, periodistas y editores, considerado como una
“minoría”. Una visión que comparte el hoy
impugnador de las elecciones presidenciales, el señor Andrés Manuel López
Obrador, que el mismo día, 9 de agosto, se mostró como víctima del
linchamiento, “aunque hay excepciones honrosas, pero es muy claro cómo
algunos medios se han subordinado y han aceptado el papel de alcahuetes de
la derecha”. En las últimas 3 semanas, la
estrategia del perredista tabasqueño centró sus
acusaciones contra los periodistas. El 7 de agosto, sus huestes agredieron
a un reportero radiofónico y le quitaron su celular. Días antes, el
presidente del PRD, Leonel Cota Montaño, azuzó a
sus seguidores contra los reporteros convocados a su conferencia de
prensa. Más, no son los únicos. Y hay
poco espacio para la esperanza. Debe recordarse que el señor Felipe
Calderón impulsó en la Cámara de Diputados en apoyo al senador
chihuahuense Javier Corral Jurado, la Ley Mordaza denominada Ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública con todo e Instituto
ejecutor de la intrasparencia
informativa. Empero, hay signos alentadores.
En el Seminario Derechos Humanos y el Ejercicio del Periodismo organizado
por la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos con la PGR y el
diario mexiquense de Alejandro Zendejas,
dirigido por Eliseo Lugo Plata, el gobernador priísta Enrique Peña Nieto
se reafirmó como defensor para preservar la libertad de
expresión. La razón que dio el mandatario:
“En el legítimo derecho que tenemos de disentir y mantener diferencias,
actores políticos, profesionistas, y más quienes ejercen la noble labor
del periodismo, coincidimos en un objetivo fundamental: mantener el
derrotero que nos lleve a mejore estadios y genere mejores condiciones de
bienestar para la sociedad”. “Las instituciones y el Estado,
tienen la obligación de proteger a los periodistas, para que ejerzan la
función de informar, no para mentir, no para coaccionar, sino para
comprometerse con la verdad, que le pueda generar a la sociedad una mejor
forma de vida”, dijo por su parte, el subprocurador de Derechos Humanos, Mario Álvarez
Ledesma. À | ||
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