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El
Solitario Por Mario Luis ALTUZAR
SUÁREZ Se equivocó. Secuestrar al
Distrito Federal empieza a revertirse en forma acelerada al perredista tabasqueño Andrés Manuel López Obrador. Y
en la soledad de su campamento en el Zócalo capitalino, ese caudillo
rechaza su derrota y se niega a reconocer su responsabilidad en la unidad
de los mexicanos, incluso, los que por él
votaron. En un recorrido por 5 de los 47
campamentos instalados de la Fuente de Petróleos hasta el Zócalo por el
Paseo de la Reforma que colapsó al Distrito Federal, el señor López
Obrador se queja de que los medios de comunicación, un día sí y otro
también, cuestionen el secuestro citadino, denominado eufemísticamente,
“Asamblea Permanente”. Y no son los medios de
comunicación que cumplen con su labor informativa al difundir el malestar
y rechazo de los mexicanos, desde centrales sindicales que le dieron su
voto, a comerciantes y transportistas afectados con pérdidas superiores a
los 250 millones de pesos diarios y que amenazan 2.5 millones de empleos,
hasta intelectuales que le apoyaron. Emergen los signos fascistas
del despotismo lopezobradoriano. El presidente
del PRD, Leonel Cota Montaño azuza a sus huestes
acampadas en el secuestro del Distrito Federal en contra de los reporteros
que cubrían su conferencia de prensa, para que 700 “acampados
pacíficamente” intenten golpear a los trabajadores de los medios de
comunicación. Un signo violento de la desesperación por haber equivocado
la estrategia. “Se van a amolar”, sentenció el
autoproclamado Presidente por la voluntad de la mayoría de mexicanos en la
tele de los Estados Unidos, para culpar del secuestro de la Ciudad de
México por su Coalición ¿Por el Bien de Todos? al candidato presidencial
del PAN, Felipe Calderón “por negarse al recuento uno a uno de los
sufragios”. Pero los amolados con esas
medidas son precisamente los de la mayoría que cree, votaron por él. O tal
vez por eso quiere castigarlos, por la negativa de los electores a confiar
su voto y solamente, menos de 15 millones, el 20% del padrón electoral, le
dieron su voto. Una minoría representada en menos de 200 mil acampados
contra 28 millones de capitalinos. Una minoría que se reduce.
Isaías González Cuevas, líder nacional de la CROC vinculada al poblano
Manuel Bartlett Díaz (al que se le cayó el
sistema en el fraude del 88), acep´ta que dieron
su voto corporativo por el señor López Obrador y se deslinda de las
acciones postelectorales del tabasqueño porque “la clase trabajadora y el
sector empresarial del país han sido afectados” con la connivencia de su
empleado Alejandro Encinas. Es cierto que sostiene su apoyo
entusiasta la princesa polaca, Elena Poniatovska, la que recibió “facilidades” para
escribir su libelo “La Noche de Tlatelolco” en
que se intentó mostrar el enfrentamiento de intereses de líderes
estudiantiles para desviar la responsabilidad de la Secretaría de
Gobernación en la masacre del 2 de octubre de
1968. Pero su confesa militancia
lopezobradoriana se estrella contra la
independencia intelectual del escritor mexicano Carlos Monsivais quien calificó como una medida “injusta y
altamente lesiva” el secuestro de la capital de la República y advirtió
que resulta “sencillamente inadmisible” ofender los derechos de tantas
personas. Monsivais fue el orador que abrió la
Segunda Asamblea Informativa del 15 de julio, pero ante las acciones
ilegales para presionar a su favor el TRIFE del señor López Obrador, firmó
con el economista comunista Rolando Cordera y los periodistas Adolfo
Sánchez Rebolledo y Jenaro Villamil (apologistas del perredismo), una carta pública de
repudio. La respuesta fascistoide del presidente del PRD, el expriísta sudbajaliforniano
Leonel Cota Montaño que impuso a su primo como
su sucesor en la gubernatura, atajó arbitrario:
“No está a discusión la permanencia de los campamentos” mientras que el
señor todo Palacio, Marcelo Ebrard Casauobon, insiste en la legalidad de las acciones
ilegales perredistas. De fondo, la retórica del
tabasqueño que se cobija en la defensa del derecho de todos los mexicanos
cuando representaría menos del 14% de la población total y cuyos derechos
de los trabajadores son pisoteados por el sueño imposible del perredista que empieza a confrontar a choferes de colectivos, comerciantes y el rechazo
creciente de la sociedad. Mientras tanto, el TRIFE
analiza jurídicamente la procedencia del conteo voto por voto que conforme
a derecho, es improcedente ya que solamente se presentaron supuestas
pruebas perredistas de irregularidades en 3 de
los 300 distritos electorales. À | ||
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