Arcano |
Botín de
Guerra Por Mario Luis ALTUZAR
SUÁREZ Amenazó: “Está en juego (…) la
estabilidad política del país”. La razón: Si el TRIFE se niega a cumplir
sus demandas de “voto por voto, casilla por casilla” que supone Andrés
Manuel López Obrador, demostrará su triunfo “limpio, legal y legítimo”. Se
jacta: “No es mucho pedir”. Visto de otro ángulo: Si París bien vale una
misa, la presidencia… Hay verdades a medias. Ningún
mexicano estaría a favor del fraude electoral. Arcano Político denunció en
noviembre de 2004 que el experimento del fraude cibernético en Miami, que
permitió la reelección del Presidente George W.
Bush hijo, preparaba el terreno para las
elecciones presidenciales mexicanas. En estos casi dos años, mucho
se ha investigado sobre la negativa del gobernador de Florida, Jeb Bush, hermano del
presidente, para abrir los paquetes electorales y realizar el cómputo voto
por voto, que supone, es la única fórmula para poder demostrar un fraude
cibernético, sustentado en un algoritmo imposible de detectar en el código
fuente. Incluso, ni la declaración
jurada del aparente programador para contabilizar 10 votos de una fórmula
a la otra, ante un Jurado Federal, logró que se anulasen las elecciones
federales, máxime que el opositor John Kerry aceptó su derrota y felicitó al contrincante,
ante los imponderables de poder comprobar la existencia del fraude
electoral. Fue en este punto en donde
Arcano Político advirtió días previos a las elecciones del 2 de julio de
2006, que la única medicina era preventiva, es decir, que se probaran y
comprobaran los programas cibernéticos para confirmar la limpieza de un
programa que manipulase la elección, ya que una vez consumado el proceso,
es imposible probarlo. La razón es obvia: Con base en
la ley electoral mexicana, la impugnación puede hacerse únicamente a una
casilla o varias por separado, con pruebas fehacientes de que podría haber
sido manipulada la elaboración del acta final, es decir, que los firmantes
estén en desacuerdo con las cifras enunciadas, con lo que se puede anular
o repetir en esa casilla. Se supone teóricamente,
entonces, que jurídicamente podría anularse todo el proceso electoral
presidencial si en las impugnaciones procedentes se supera más del 50% del
total de casillas, por existir fundadas sospechas de que el proceso fue
viciado. Un gran problema para el señor
López Obrador si se considera que en 50 mil de 130 mil 477 casillas
careció de representantes de casillas, por la ausencia de infraestructura
partidista, que representaría cerca del 40% del total del sistema
instalado ese día, y que en cuando menos el 15% restante, sus
correligionarios aceptaron el cómputo del IFE, lo que sumaría el 55% en
donde le es imposible probar fehacientemente su
dicho. Sostiene, empero, que en el 60%
del total de 130 mil 788 actas levantadas, es decir, en 78 mil 472.8
documentos, “hay cerca de un millón y medio de votos que no están
sustentados en boletas electorales; o sea, las actas de escrutinio no
reflejan la verdadera votación, porque apuntaron más o menos votos que los
depositados en las urnas”. Representaría un promedio de
19.11 votos por casilla cuando el perredista
tabasqueño menciona que la variable es de 10 votos que supondría 784 mil
728 votos. Ecuaciones simples que parece soslayar en su discurso del 15 de
julio de 2006, para convocar a la “resistencia civil pacífica” en defensa
de lo que piensa, es su triunfo electoral. Si las cifras no le cuadran al
hombre de Macuspana, las pruebas que dice tener
se diluyen ante la inconformidad de José Luis Barbosa, dirigente del PRD
en Guanajuato, señaló que “hubo exceso de interpretación de parte de López
Obrador al presentar unos (6) videos que no sé de donde salieron” y que
fueron entregados al TRIFE. Tal vez tenga conciencia de lo
frágil denuncia jurídica para hacerse de la Presidencia de México, y por
ello, amenazó en el corazón de la República: “Está en juego (…) la
estabilidad política del país” en donde la violencia civil transformada
después en revolución, consume el 15% de su población. Un costo de sangre
muy elevado por una ambición personal y de grupo, que visto está, toman el
país como botín de guerra. À | ||
|