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Hedor Por Mario Luis ALTUZAR
SUAREZ Conforme pasan las horas, el
tufillo empieza a crecer en el hedor del fraude cibernético en las
elecciones presidenciales mexicanas, al mantener una dinámica lineal de la
delantera del panista Felipe Calderón sobre el
perredista Andrés Manuel López y el priísta
Roberto Madrazo, lo que complicará el conteo de
las actas que iniciará hoy el IFE. Analistas internacionales y
expertos nacionales encuentran una correlación numérica constante en los
datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), que
sería un milagro ya que técnicamente, deberían mostrar variables con base
en las actas contrario a la constante del 36.38% panista, 21.57% priísta y 35.34% perredista. En días previos a los comicios,
técnicos en computación denunciaron la facilidad de programar un ingreso
de cifras que sumara los votos de un candidato a otro. Después se confirmó
la participación de un cuñado de Calderón en la elaboración de ese
programa. Finalmente, desapareció una semana el padrón, reapareció en el
web vinculado al panismo. Analistas internacionales
recuerdan, además, que en 2004 la empresa Choise
Point, vinculada al Buró Federal de
Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés), había adquirido el padrón
electoral mexicano, dentro de la supuesta estrategia antiterrorista de la
administración Bush y que existen indicios de su
uso para intervenir en las elecciones. Además, en abril y junio nos
visitó una misión del Fondo Nacional para la Democracia, el brazo político
de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense, que orientó
editoriales estadounidenses favorables al perredista Andrés Manuel López Obrador, para crear el
espejismo de una elección cerrada a favor de Felipe Calderón. ¿Se necesita
más? En este marco, se recuerda que
el presidente consejero del IFE, Luis Carlos Ugalde, miembro del grupo político del yerno de la
cacique magisterial chiapaneca, Elba Esther
Gordillo Morales, pecó de “prudente” al anunciar un conteo preliminar muy
cerrado que impedía dar un vencedor, aunque las cifras daban 3 puntos
arriba a Calderón. Curiosamente, al filo del
mediodía del 3 de julio, el candidato presidencial de la franquicia de
Gordillo Morales, Roberto Campa de Nueva Alianza, exige al IFE que ya de
las cifras que postulen como ganador al panista
Felipe Calderón Hinojosa, lo que implicaría declararlo como Presidente
Electo. Campa que se rodeó de expriístas que se apoderaron de la Gran Logia Valle de
México para proteger su impunidad en los malos manejos que cometieron al
amparo del mexiquense Espinosa Villarreal, se
vinculó a la dirigente magisterial que se encargó del juego sucio del
foxismo para intentar aprobar las reformas
sugeridas por el Banco Mundial en 2001. Sumados los factores externos y
nacionales, se tendría que el foxismo
caracterizado por su lacayismo al nuevo imperio
bushiano, aceptaría gustoso la injerencia
estadounidense que garantice un presidente a modo del nuevo “latinoamericanismo” y ampare la impunidad del mayor
saqueo de la nación por esa horneada de nuevos ricos tan allegados al
señor Fox. Recordemos, por ejemplo, que a
las acusaciones contra el dictador nicaragüense Anastasio Somoza, la Casa Blanca respondió a mediados de los 70:
“Sí, es un hijo de puta. ¡Pero es nuestro hijo de puta!” Aunque después se
profundizó la revolución sandinista y encausaron
su triunfo con el apoyo del entonces presidente mexicano José López
Portillo. Tenemos, entonces que la
indignación social por el hedor del fraude electoral, tendría resultados
imprevisibles en un ambiente de recesión económica, desempleo e
inseguridad en donde el hambre carece de
ideología. À | ||
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