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Campaña
subterránea Por Mario Luis ALTUZAR
SUAREZ Algo se mueve en el ambiente.
Pese al triunfalismo de los dos candidatos presidenciales favorecidos como
punteros en las encuestas, muestran desesperación a menos de 18 días de
las elecciones. El PRD busca ingresos y asegurar votos con su lema de
campaña: “Primero los pobres”… en cotizar y el PAN recibe apoyo logístico
clerical y de Estados Unidos. En el primer caso, unos 50
editores independientes recibieron un correo electrónico el 8 de junio:
“El costo para el espacio de venta de libros se evaluará de manera
individual” antes del 30, directamente por la Secretaría de Cultura del
gobierno del D. F., en su participación en la 6ª Feria del Libro de la Ciudad de
México del 6 al 15 de octubre de 2006. Llama la atención que se
convoque a los editores independientes a enviar sus propuestas 3 días
antes de las elecciones presidenciales y con 4 meses previos a la feria
que, tradicionalmente, se hacia con 2 meses de anticipación a cargo de la
Dirección de Literatura que estaba a cargo del “despedido” maestro José
Ángel Leyva, en forma
gratuita. El cambio impuesto por la
psicóloga Raquel Sosa Elízaga, secretaria de
Cultura desde el 8 de febrero, cuestionada por su inexperiencia en el área
cultural pero exitosa como secretaria de Desarrollo Social con la
implementación de la Política de la Limosna, conlleva obtener recursos con
el trabajo de la Cámara Nacional de la Industria Editorial
Mexicana. Se recuerda que en las cinco
ferias anteriores, la CANAIM cedió un espacio al gobierno capitalino para
promover a los editores independientes que carecen de recursos para
promocionar sus obras y a los escritores, mismo que se organizaba por la
Dirección de Literatura en forma libre y respetuosa de las posiciones
políticas de los editores. Y si aquí surgen suspicacias que
recuerdan la declaración pública del Jefe de Gobierno, Alejandro Encinas,
de apoyar con todo a Andrés Manuel, no es menos sospechosa la exhortación
clerical a los electores para que emitan su voto razonado y la DEA implica
con el narco al puntero priísta jalisciense
Arturo Zamora Jiménez, candidato a gobernador. En un anuncio pagado en
diferentes medios de comunicación, la Conferencia del Episcopado Mexicano
dio a conocer 6 puntos para que la feligresía “razone” su voto, en donde
veladamente, se deja como la mejor opción el candidato oficial, el panista Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón
Hinojosa. Las agencias internacionales
observaron que si bien es cierto que legalmente existe una separación
entre la Iglesia y el Estado, el señor Vicente Fox se ha caracterizado por su obediencia católica al
acudir primero a la Basílica de Guadalupe y después recibir la Banda
Presidencial el 1 de diciembre de 2000. Lo que fortalece la idea de una
elección de Estado. De aceptarse la versión del
presidente de la CEM, José Guadalupe Martín Rábago, de que el Papa Benedicto XVI dijo a los
obispos mexicanos en una visita reciente que las elecciones “representan
una oportunidad y un desafío para consolidar los significativos avances en
la democracia del país”, caerían en injerencia extranjera en asuntos
internos. Parecería ser la constante de la
actual campaña presidencial del PAN, ya que el ex presidente del gobierno
español, el derechista José María Aznar apoyó
públicamente y en la sede nacional del partido, al candidato presidencial
blanquiazul y que habría perfeccionado la ingeniería financiera similar al
crimen organizado que caracterizó al señor Fox. Hay elementos para suponerlo. Un
diario creado al amparo de la administración de Carlos Salinas de Gortari,
interpretó un documento de 6 cuartillas de la Drug Enforcement Administration
(DEA), la policía antinarcóticos estadounidense, para señalar al candidato
priísta a Gobernador por Jalisco, Arturo Zamora Jiménez, vinculado al
narcotráfico. Curiosamente, el candidato
tricolor jalisciense es el único de los aspirantes a gobernador que puntea
en su campaña sin problemas internos partidistas, en contraste con los de
Chiapas, Tabasco, Morelos y el Distrito Federal, lo que pone en duda la
denuncia sustentada en supuestas declaraciones de testigos del asesinato
de Mario Sánchez Paniagua el 13 de septiembre del
2004. Elementos que hacen suponer que
las encuestas que favorecerían con el 37 por ciento al candidato panista, Felipe Calderón y el 34 por ciento al perredista Andrés Manuel López Obrador con un margen
de error de 3.4 por ciento, necesitan una campaña subterránea injerencista contra el priísta Roberto Madrazo. La realidad podría estar más cercana a la
óptica del panista Jefe Diego Fernández de
Cevallos, de que el tricolor “no está muerto”. À | ||
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