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Judicialización Por Mario Luis ALTUZAR
SUAREZ Se empieza a judicializar la
sucesión presidencial. El signo alarmante es el paso lento de la justicia
ante la inmediatez de los delitos y su impacto irreversible en el destino
del país, polarizado por una contienda electoral inequitativa que favorece al candidato presidencial
panista con la interrogante de qué sucederá un
día después de las elecciones. El Consejo General del IFE multó
al PAN el 31 de mayo pasado
con 146 mil pesos, por haber presentado el 21 de febrero al presidente del
gobierno español, el derechista José María Aznar, en apoyo a la campaña presidencial del panista Felipe Calderón. Pasaron tres meses y 10 días
para que se aplicaran las leyes mexicanas. La sanción podría considerarse
un poco tardía y a medias en un hecho público. Con base en el artículo 25
del Código Electoral, los partidos están obligados a rechazar toda clase
de apoyo extranjero propagandístico, mientras que la Secretaría de
Gobernación de Carlos Abascal Carranza guarda silencio sobre la violación
al artículo 33 constitucional. Un hecho preocupante si se
observa que la fiscal federal para delitos electorales, María de los
Ángeles Fromow Rangel
investiga las denuncias presentadas por diversos partidos políticos contra
el señor Vicente Fox Quesada, por su abierta
injerencia en el proceso electoral a favor del candidato panista Felipe Calderón. La fiscal indicó que “esté
haciendo su mejor esfuerzo” aunque todavía no puede determinar si existen
o no elementos constitutivos de algún delito y alguna probable
responsabilidad. Si la acción ilegal de un partido en un hecho público
ameritó el silencio de Gobernación y más de 3 meses para que el IFE le
sancionara, ¿cuánto se necesitará en el caso
presidencial? Tomándose como base el tiempo
requerido por el IFE, se antojaría pensar que la resolución judicial sobre
la actuación del Ejecutivo se daría en agosto, cuando se esté instalando
el nuevo Congreso de la Unión y una vez consumada la sucesión presidencial
que, de lograrse la imposición oficial del panista, gozaría de cabal
impunidad. Sin embargo, el escenario
trasciende al protagonismo de los participantes hacia el interés nacional,
al recordarse que 10 días antes de las elecciones presidenciales del 2000,
el entonces diputado priísta, Enrique Jackson
Ramírez, denunció y exhibió documentos de la ingeniería financiera
equiparable al crimen organizado, del financiamiento foxista. La supuesta investigación
realizada posteriormente por el procurador General de la República, Rafael
Macedo de la Concha (que curioso, la primera
esposa del señor Fox se llama Lilian de la Concha), desvió en un principio las
investigaciones de los Amigos de Fox y después,
con científicas investigaciones de preguntarle al señor Lino Korrodi si eran o no ciertas sus declaraciones a la
prensa, exoneró a los implicados en esos
delitos. Es decir, que el paso lento de
la justicia favorece a la impunidad y el exceso en el uso del poder al
orientar la persecución judicial contra el líder petrolero Carlos Antonio
Romero Dechamps por haber desviado un millonario
apoyo de los recursos sindicales al candidato priísta Francisco Labastida Ochoa y que el final, no se comprobó el
ilícito sin que ello se tomara en cuenta por el IFE que mantuvo la
millonaria sanción contra el PRI. Ahora, a escaso un mes de las
elecciones presidenciales con la ofensiva oficial contra los candidatos
presidenciales del PRD-PT-Convergencia y el PRI-PVEM, María de los Ángeles
Fromow Rangel acepta
que existen interpuestas denuncias contra el señor Vicente Fox y 11 funcionarios federales, nueve estatales y 13
municipales. Por si fuese poco, existen 170
denuncias por uso de programas sociales en la campaña federal del 2006, en
donde las investigaciones cuentan con el “mayor esfuerzo” pero sin avances
visibles pese a que trabajos periodísticos como de la perseguida revista
Proceso, documentaron desvíos millonarios de recursos federales a favor
del panista Calderón. Visto de otra forma, la judicialización de la sucesión presidencial encuentra
el tortuguismo en la aplicación de la justicia
que favorecerá la impunidad del partido en el poder y pone en riesgo la
estabilidad social nacional un día después de las elecciones. Tal vez esté
todo medido para impedir que por fin se conozca el compromiso adquirido
por el señor Fox con los que financiaron su
agresiva y millonaria campaña electoral iniciada en
1997. À | ||
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