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Milagrería Por Mario Luis ALTUZAR
SUAREZ Un milagro sería el triunfo del
candidato presidencial priísta Roberto Madrazo. A cada paso encuentra
nuevos obstáculos. Como si la adversidad estuviese sistematizada por
misteriosos hilos ocultos herederos de rencores personales dirigidos por
la ambición y avaricia. Se intuye un juego perverso para eliminar de una
vez al partido por lo que representa. No se trata de ser o no ser
priísta para ver las coincidentes estrategias de victimizar al perredista
Andrés Manuel López Obrador como distractor de
la ofensiva antipriísta, mientras que se afanan
en impulsar al panista Felipe Calderón y
clandestinamente protegen la impunidad del saqueo nacional hecho por los
falsos redentores del cambio. La historia reciente muestra la
inducción mediática de rumores sobre la renuncia de Madrazo a la candidatura presidencial en tiempos
electorales imposibles de nominar a otro candidato, o de que declinaría a
favor del perredista López Obrador, al mismo
tiempo que se intentan crear escenarios ficticios con base en encuestas
apuntaladas por la telecracia. Se quiere anular la realidad del
voto duro del PRI, cercano a los 10 millones de electores más los 2
millones de su aliado el Verde Ecologista, harían posible su triunfo por
la distancia de 4 millones de votos contra 12 millones que le harían falta
al PRD y 13 millones al PAN, sustentado en el despertar de la militancia
al recuperar recientemente Jalisco. Debilitar la estructura
partidista, empero, no es nuevo. Podría ubicarse en 1987 con la purga de
políticos priísta que dieron origen al Frente Democrático Nacional. Una
obra inconclusa del primer presidente adoctrinado en Harvard, Miguel de la Madrid y que no culminaron
Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, pese a
entregarle a las transnacionales la Presidencia. La tríada tecnocrática que sentó las bases, dicen que
“irreversible”, de la dependencia económica, política y social mexicanas
al imperio que emergió con fuerza militar en 1989 bajo el disfraz de la
globalización y que es el perfeccionamiento del Destino Manifiesto de
James Monroe de 1823. Tiempos en que otros políticos,
como el poblano Manuel Bartlett Díaz, desde la
secretaría de Gobernación, se disciplinaron a los designios tecnócratas,
lo mismo para atacar la libertad de expresión como respaldar la
devastación de la planta productiva nacional a favor del ingreso tardío de
México al GATT y la especulación bursátil de los nuevos
ricos. Es difícil olvidar que el
poblano intervino para ejecutar el programa de la Secretario de
Programación y Presupuesto, Carlos Salinas, del desmantelamiento
financiero de PEMEX que le costó meses después, a Joaquín Hernández
Galicia, perder su poder sindical petrolero al denunciar el ataque
económico contra la paraestatal. Sin embargo, desde su curul de
senador apostó a la amnesia de los mexicanos para mostrarse como el
redentor que defendió al sector energético de la rapiña de los empleados
de las transnacionales, con posiciones retóricas contra la privatización
mientras que se aprobaban contratos de servicios múltiples petroleros o
cogeneración eléctrica. Ahora se inviste de “demócrata”
y defensor de su partido, el PRI, cuando se disciplinó a la frívola
decisión del presidente José López Portillo para dejar al primer
tecnócrata adoctrinado en Estados Unidos, en el poder presidencial, sin
antecedentes de militancia. Y es el principal protagonista de la “caída
del sistema” que hizo presidente a Carlos
Salinas. Como gobernador de Puebla
reprimió con violencia a los panistas y como
secretario de Educación creó la ficción de abatir el analfabetismo.
Discreto desde su cargo de senador electo frente al decreto de Ernesto
Zedillo que declara el “triunfo irreversible”
del ex gerente transnacional, Vicente Fox, con
el 5% de casillas computadas y la burda manipulación de las
encuestas. Emerge como inquisidor de
Roberto Madrazo para cumplir el diseño de la
chiapaneca Elba Esther Gordillo Morales, confesa
de su cercanía con el foxismo, de una desbandada
escalonada del PRI, aunque intenta mostrarse como simpatizante perredista, al fin y al cabo que desde Virginia, sede
de la CIA, está programada la desacreditación
del de Macuspana. À | ||
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