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Reencuentros Por Mario Luis ALTUZAR
SUAREZ TOLUCA DE LERDO, Edo. Méx.- La
Tercera Vía emerge como respuesta al desafío económico, político y social
de México. Pero no se trata de importar los preceptos británicos sino
hurgar en las entrañas de la historia Patria para reencontrar nuestra
esencia como nación libre y soberana, dueña de su propio
destino. Hay razón. Las propuestas
superficiales que caen en apresuradas soluciones a diagnósticos de la
grave agenda nacional, que limita con el despotismo absoluto para
disfrazarlo de populismo o la continuidad de la política del engaño de los
conservadores que dicen tener las manos limpias y prometer, prometer y
prometer al fin que eso no empobrece sino el dar es lo que aniquila,
adolecen, ambos, de un verdadero proyecto de
nación. Y la causa de la orfandad de
principios doctrinarios de los candidatos presidenciales, radica en su
ignorancia o minimización de la historia nacional. Y se acuden a fórmulas
coyunturales experimentadas en 1860 en los Estados Unidos que fenecieron
casi inmediatamente y acuñaron el término populismo, o a las viejas
nostalgias conservadoras para reconstruir las cortes españolas o francesas
en las lujosas oficinas de Wall Street. Sin embargo, no todo está
perdido. Al instalar el Consejo Consultivo del Bicentenario de la
Independencia de México, el gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto, dio
voz a la urgencia de todos los mexicanos para apoyarnos en la experiencia
histórica de rescatar un modelo propio, distintivo de nuestra realidad y
potencialidades. El mandatario estatal observó el
fracaso y la inoperancia de los modelos populista y del neoliberalismo
impuesto con base en la economía doméstica de la británica Margareth Tatcher en 1980 y
que ajustó Estados Unidos como el Primer Consenso de Washington que se
colapsó en menos de 10 años para dar paso a la segunda ronda del mismo
consenso. La visión del gobernador
mexiquense tiene sustento histórico. En el populismo se buscó soluciones
coyunturales y focalizados en una región, por lo que
desapareció en menos de 25 años en su lugar de origen, Estados Unidos,
aunque se importó principalmente por las dictaduras latinoamericanas de la
primera mitad del siglo pasado. En tanto, el neoliberalismo
ejercitó la teología de los Chicago Boy de los 70 en supuestos programas
de ayuda que hicieran producir los petrodólares con el endeudamiento de
las naciones latinoamericanas, en donde el FMI y el Banco Mundial fueron
los arietes de la recolonización, con la salvaje concentración de la
riqueza mundial en 380 apellidos de Wall Street que poseen el producto interno bruto anual de
165 naciones, o en los disminuidos supermillonarios mexicanos enlistados por Forbes frente al aumento de la miseria
extrema. Los dos sistemas se encarnan, el
primero en Andrés Manuel López Obrador que rehuye defender sus ideas y
propuestas mientras que muestra su espíritu dictatorial al rechazar las
encuestas que antes le favorecían y el segundo en el paisano de Marta
Sahagún, Felipe Calderón con la promesa fácil
sin el mínimo bosquejo de un programa de
gobierno. Quien ha mencionado la urgencia
de un Proyecto de Nación, tal vez por su heredad paterna participante en
la expropiación petrolera y la construcción de las instituciones como el
Politécnico, el Ifonavit o el Seguro Social, es
el priísta Roberto Madrazo Pintado, que para
algunos observadores, le faltaría mayor profundidad y solidez en la
propuesta. Un momento propicio para que el
gobernador Enrique Peña Nieto, al fortalecer la conmemoración del
Bicentenario del natalicio de Benito Pablo Juárez García, impulse la
organización para celebrar el Bicentenario de la Independencia y el
Centenario de la Revolución Mexicana, por medio de organizaciones
académicas que investiguen, difundan y preserven los elevados principios
que siguieron los hombres que nos dieron patria. Por ejemplo, la Benemérita
Sociedad de Geografía y Estadística correspondiente al Estado de México,
presidida por el maestro en derecho Germán García Salgado, bosqueja ya un
Simposium sobre la Independencia de México, con
sus antecedentes, desarrollo, resultado y vigencia en el presente, como
los valores republicanos de libertad, igualdad y
fraternidad. Un trabajo que eleve la
conciencia de todos los mexicanos o en palabras de Peña Nieto sobre
Juárez: “Es mi mayor anhelo que en cada uno de los servidores públicos y
en cada uno de los ciudadanos mexiquenses, vivamos a Juárez en nuestro
diario actuar, siempre teniendo presentes los principios que observó en
todo momento como servidor público y que son el mayor legado que tenemos
de él”. À | ||
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