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Mártires Por Mario Luis ALTUZAR
SUAREZ Serían las 16:15 horas del 3 de
mayo de 1886, cuando cerca de 80 mil huelguistas convocados desde el 1 de
mayo por la Federación de Trabajadores de Estados Unidos y Canadá, que
exigían 8 horas de trabajo en lugar de hasta 16 horas que prevalecía,
empezaron a lanzar piedras contra le empresa Mc.
Cormicks asentada en Chicago, Illinois.
Intervino la policía que abrió fuego y mató a un obrero y quedaron decenas
de heridos. Las investigaciones posteriores
para deslindar responsabilidades, encausaron a dirigentes obreros y les
sentenció a muerte. Por Acuerdo del Congreso Obrero Socialista celebrado
en París, Francia, en 1889, se estableció el 1 de mayo como un homenaje a
los Mártires de Chicago en su lucha reivindicativa de las legítimas
aspiraciones de los trabajadores. Algunos estudiosos del
movimiento laboral internacional consideran que la celebración del 1 de
mayo sirve como termómetro de las relaciones entre las organizaciones
laborales y el gobierno y mide el poder de convocatoria del Estado. En
México se recuerda además, a los Mártires de Cananea, Sonora de 1906 de
Río Blanco, Veracruz en 1907, cómo símbolos del Despertar del México
bronco que cobró la vida de un millón 800 mil
mexicanos. Para el próximo lunes, en el 120
° Aniversario de los Mártires de Chicago, el Centenario de los Mártires de
Cananea y el 99 ° de los Mártires de Río Blanco, los mineros estarían
terminando el novenario de sus dos compañeros asesinados el 20 de abril
por las fuerzas policíacas foxistas y perredistas que intentan conculcar la autonomía
sindical. Sin embargo, el presidente del
Congreso del Trabajo y líder de los desaparecidos ferrocarrileros, el
priísta Víctor Flores Morales, dijo el jueves pasado que en el mitin de
las 9 horas en la explanada del Zócalo del Distrito Federal, no hará
reproches al ausente gobierno federal porque “estamos en una nueva cultura
laboral”. Con entusiasmo, el dirigente que
cobró notoriedad por golpear a un diputado perredista que portaba una mascara de cochino en el
pleno de 1988, incluso asistió a la toma de protesta del veracruzano
Ricardo Espinoza López como presidente de la
Alianza Sindical Mexicana con dos millones de trabajadores afiliados en
sindicatos blancos (pro empresariales). En la última actualización de la
Dirección General de Registro de Asociaciones de la Secretaría del
Trabajo, el 1 de abril de 2006, se indica que se tomó la nota a Espinoza López como Secretario General de la
Confederación Auténtica de Trabajadores de la República Mexicana, del
Sindicato Progresista Cinco de Marzo de Trabajadores y Empleados de la
Industria del Transporte en General de la República Mexicana y de la
Federación Auténtica de Trabajadores del Estado de
Veracruz. Como presidente de la nueva
agrupación cupular, Espinoza López muestra que es agradecido al señalar
que no actuará con chantajes y amenazas para defender los legítimos
intereses de los trabajadores ya que, aclaró, la autonomía sindical no es
una licencia para la impunidad o para delinquir. Dicho en otras palabras, con el
aval del presidente del Congreso del Trabajo con sus 33 agrupaciones, dio
un espaldarazo al presidente Vicente Fox y a su
secretario del Trabajo Francisco Javier Salazar Sáenz, en su injerencia
para deponer al líder nacional de los mineros, el priísta regiomontano
Napoleón Gómez Urrutia, y acomodar a Elías Morales en la víspera de las
elecciones presidenciales que perdería el panista Felipe Calderón. Bajo la premisa de que “México
no necesita polarizarse, debe democratizar sus organizaciones sociales y
fortalecer las instituciones a través de procesos consensuados y libres”,
el foxismo ni oye ni ve a los mineros que
defendían con resorteras su derecho a huelga y
bajo la aplicación unilateral de la ley, prepara el relevo
administrativo. Una estrategia que inició en
2003 con su aliada chiapaneca Elba Esther
Gordillo Mortales, para debilitar a la Federación de Sindicatos de
Trabajadores al Servicio del Estado con el aval anticonstitucional para
una nueva Federación que sirve de apoyo al nuevo Partido Nueva Alianza en
su objetivo de fortalecer al panismo y la
continuidad de cambiar el estatus de México de nación libre y soberana a
un Estado libre Asociado del imperio. Así, se repiten peligrosamente
los signos de intolerancia política y autoritarismo que en su angustia
orilló a los mexicanos al Movimiento Armado de 1910 en que se derramó la
sangre del 15% de su población. Se espera, entonces, un primero de mayo
candente. À | ||
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