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Juarismo
retórico Por Mario Luis ALTUZAR
SUAREZ Juárez fue traicionado por los
hombres que colaboraron en su gubernatura de Oaxaca en 1852 y que fue el
preámbulo de su primer destierro. En el bicentenario de su natalicio, le
traicionan los protagonistas de la retórica que se intentan investir de
juarismo para engañar con la promesa de que México será mejor mañana con
fondo estridente de chachalacas. En la ponencia que en
representación de la Sociedad de Geografía y Estadística correspondiente
al Estado de México, daremos el próximo sábado en Coacalco, recordamos que la feminista, periodista y
maestra española Belén de Sárraga se sorprendió
al saber que en 1939 un escolar fue expulsado del colegio religioso por
escribir “Viva Juárez”. ¡Seguramente se espantaría del
odio irracional del señor Vicente Fox al
condicionar ocupar su despacho a la salida del óleo del Benemérito de las
Américas el 1 de diciembre de 2000! Empero, quedaría confundida si pudiese
escuchar su “juarismo” retórico al borde de las lágrimas, en fiel
obediencia al posicionamiento del alto clero
político. ¿Y que pensaría esa mujer que
llegó a México en 1939 con el exilio español amparado por Lázaro Cárdenas,
al ver que su hijo secunda al perredista Andrés
Manuel López Obrador en su falso credo juarista, cuando rechazó recibir a
una Comisión del Congreso Internacional del Simbolismo Masónico en
2003? Es casi seguro que tendría un
espasmo vomitivo al observar el manoseo descarado por los políticos y
clérigos nostálgicos del imperio, de la figura del hombre que fue
reconocido como el Benemérito de las Américas el 1 de mayo de 1865 por el
Congreso de Colombia, en homenaje a su “constancia por la defensa de la
libertad e independencia de México”. Lo peor es que masones
despistados como Pedro Márquez Celaya buscan un acercamiento con el panismo conservador mientras que traidores a la
doctrina juarista para impulsar las reformas al artículo 130
constitucional en 1992 se acomodan en el círculo cercano del priísta
Roberto Madrazo, como Manuel Jiménez
Guzmán. Aunque la esperanza emerge en la
óptica del maestro Alfonso Sierra Partida: “Hay masones sin mandil y
mandiles sin masón”. Un masón sin mandil sería Emilio Chauyffet, potencial líder de la Cámara de Senadores
instituida por Juárez en el decreto del 14 de agosto de 1867. Masones con
mandil dispuestos a trabajar por el país en el Consejo Masónico Mexicano,
para rendir tributo a Juárez en la Segunda Restauración de la
República. À | ||
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