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Fundamentalismo Por Mario Luis ALTUZAR
SUAREZ In memoriam Juan Sánchez
Navarro. Emerge el fundamentalismo. “La
Ley Helms-Burton se
aplica a todas las empresas (estadounidenses) en todo el mundo”, fue el
exordio con el que se presentó la Teología del Fundamentalismo Globalizador en respuesta al rechazo internacional por
la expulsión de 16 cubanos en el Hotel María Isabel Sheraton en el Distrito Federal el 3 de febrero
pasado. Así, a México le tocó bautizar
el nuevo orden mundial del Tercer Milenio, iniciado con la guerra de
rapiña petrolera contra Afganistán y después contra Irak. Seguramente en
“reconocimiento” al esfuerzo del señor Vicente Fox por defender el imperialismo sin importar separar
a los mexicanos de Cuba, Venezuela, Bolivia y Argentina, entre
otros. Podría decirse que es el tiro de
gracia a la política internacional de México que le había ganado el
prestigio y respeto por frenar la industria militar con el Tratado de
Proscripción de Armas Nucleares en América Latina, defender el patrón oro
en foros mundiales, proteger perseguidos políticos de la región y postular
el respeto a la autodeterminación. La razón es clara: El ex
empleado por 20 años del Banco Mundial, Luis Ernesto Derbez, en funciones de Secretario de Relaciones
Exteriores, redujo el incidente a un problema entre particulares que no
merecía una nota diplomática de repudio, no tanto a la acción del
Departamento del Tesoro sobre una empresa sino por la declaración de
Washington. Tendría razón el señor Vicente
Fox al señalar el 4 de febrero: “Quienes han
dicho que no hemos hecho nada, simplemente no quieren ver las cosas; los
hechos hablan y terminarán por imponerse”. En palabras del tamaulipeco
Meme Garza: “La reversa es cambio” ya que es un
hecho palpable la genuflexión del foxismo al
imperio que claudicó a gobernar. El caso de los cubanos es para
el coordinador del Grupo Parlamentario de Convergencia en la Cámara de
Diputados, Jesús Martínez Álvarez un asunto en donde el gobierno federal
“o deja pasar este incidente o reacciona como un Estado Soberano”. A 9
días, el espinoso problema solo es tratado en la retórica sin acción
alguna a la vista. Un silencio cómplice del sistema
de los empleados de las transnacionales en el nacimiento del
Fundamentalismo Globalizador que amenaza a todo
el mundo con la aplicación de las leyes del Congreso de los Estados Unidos
en Europa, Asía, América Latina y Oceanía y que pretende legalizar la
guerra de rapiña para apoderarse del casi agotado
petróleo. Sobre el mismo tema, el diputado
naranja, Jesús González Schmal calificó el hecho
como inédito, lamentable y vergonzoso en la política exterior mexicana al
permitir los excesos como la aplicación extraterritorial de la Ley Helms-Burton.
Fue directo: “El gobierno
estadounidense actuó así, porque el presidente Vicente Fox le dio el permiso para hacerlo demostrando que
Bush tiene la última palabra. Y no hace falta
más que recordar lo ocurrido
en la Cumbre de Monterrey cuando Fox corrió al
Presidente de la República de Cuba”, con aquella frase de Gorge Castañeda Gutma:
“Comes y te vas”. Si hay omisión para defender la
soberanía nacional, con mayor razón se guarda discreto silencio sobre el
aumento del 70% de los subsidios agrícolas a los productores
estadounidenses con 20 mil dólares por productor mientras que el foxismo escatima los 720 dólares por campesino y los
excedentes de ingresos petroleros se destinan al
turismo. Heladio Ramírez López, líder de la
Confederación Nacional Campesina, observa que se intenta “dar el tiro de
gracia” a las economías latinoamericanas, pero que en México representa
asestar un golpe mortal a 30 millones de campesinos, y por desconocimiento
histórico del señor Fox, implica un alto riesgo
a la estabilidad social del país si se considera que la Revolución de 1910
fue eminentemente campesina. Por ello, el surgimiento del
Fundamentalismo Globalizar, tanto en la aplicación de sus leyes al resto
del mundo como en l competencia desleal para colapsar las economías,
principalmente las emergentes, es de mayor peligro que la batalla de los
islámicos para defender sus símbolos religiosos frente a la provocación
imperial que intenta desviar la atención de la opinión pública mundial del
verdadero y atroz fundamentalismo imperial. À | ||
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