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¿Atomización
masónica? Por Mario Luis ALTUZAR
SUAREZ La masonería mexicana celebra su
segundo bicentenario con la ambición y avaricia de algunos de sus
dirigentes que sirven, conciente o inconscientemente, a los intereses
conservadores, atomizando a una corriente filosófica que entregó la sangre
de sus mejores hijos en la formación de un Estado y la identidad de un
pueblo. Si bien se piensa que algunos
franceses que huyeron de la represión imperial, tuvieron contacto con las
logias británicas y llegaron a México en 1791, es en 1806 cuando el masón
Enrique Muñiz forma la primera logia en la calle de las Ratas 5 (ahora
Bolívar 73), casa del regidor virreinal Manuel Cuevas Moreno de Monroy y Luyando. Los historiadores coinciden en
que los enfrentamientos de masones escoceses y yorquinos se lograron matizar con el Rito Nacional
Mexicano creado en 1825 a instancias del Presidente Guadalupe Victoria. En
1877 lo entregó el máximo dirigente y presidente del país, Porfirio Díaz,
a la Gran Logia Valle de México, creada en octubre de
1865. En la edición de 1987 de la
Enciclopedia de México, Alejandro Ruiz documenta la existencia en 87 de 24
grandes logias en el país, encargadas del simbolismo que debe manejarse en
autonomía y soberanía del filosofismo cuyo Supremo Consejo de Puente de
Alvarado data de 1859 y el de Lucerna de 1944 con tendencia más política
que masónica. Un principio universal que
olvidó el abogado laboral oaxaqueño Pedro Márquez Celaya, al frente de la
Gran Logia Valle de México a partir del 21 de marzo de 2005, y sin
asamblea de por medio, decretó el regreso de la institución a la
Confederación de Grandes Logias Regulares que nació hace 50 años para
corporativizar el voto de los liberales. Su alianza con Francisco Zentella Sasso, delegado
provincial y en forma irregular Teniente Gran Comendador del Supremo
Consejo de Lucerna, para ungirlo como el próximo líder del filosofismo en
febrero o marzo próximo, hizo que Márquez Celaya se adjudique la potestad
de calificar de “irregulares” a las logias que carezcan del filosofismo
para ordenar su expulsión en una clara injerencia a la soberanía de las 23
grandes logias del país. Frente a este reportero, aceptó
que se reunió en Oaxaca a finales de octubre y a principios de noviembre
en Tonalá, Chiapas, con Herminio Moreno Gómez,
líder de la Gran Logia de Chiapas, para “promover la unidad”, Una forma
curiosa de buscarla al exigirle al tapachulteco la expulsión de 20 logias
y quedarse con 7 que tienen miembros de Lucerna. Fue depuesto Herminio Moreno
Gómez y se dividió la masonería chiapaneca en dos grandes logias. Lo mismo
sucedió en Baja California Norte, Quintana Roo y se intenta hacer en
Sonora por el abogado laboral que dice “depurar” a la institución al dejar
fuera a dirigentes de logias sin el mínimo respeto a la ley masónica y
proteger la impunidad en su trabajo cotidiano a masones con denuncias
penales por su irregular acción pública. Un bicentenario de oscuridad en
la Gran Logia Valle de México. Afortunadamente, existen masones
comprometidos con el país y crearon en 2003 la Fundación Liberal la Patria
es Primero así como el Consejo Masónico Mexicano que celebrará su tercera
reunión en Cozumel, Quintana Roo del 25 al 29 de
enero próximo. Una esperanza para terminar con el tercer exilio de Benito
Juárez que inició el 1 de diciembre de 2000. À | ||
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