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Voto
Clerical Por Mario Luis ALTUZAR
SUAREZ Se enterró la separación del
Estado y de la Iglesia. El señor Vicente Fox
decretó de facto la “contribución” de “las iglesias” en el proceso
electoral del 2006. Una franca violación a la Constitución y usurpación de
funciones correspondientes al Congreso de la Unión que pone en alto riesgo
que se cumpla la voluntad popular y por ende, la estabilidad
social. Contribución, según el
diccionario de uso corriente, es la “acción y efecto de contribuir” y esto
implica “ayudar y cooperar con otros al logro del algún fin” y ayudar se
entiende como “auxiliar”, que aplicado en la administración federal, es la
apertura a la participación de “las iglesias” en el gobierno, como primer
paso, en el próximo proceso electoral. Visto así, la postura electoral
del señor Vicente Fox y su gabinete encabezado
por el confesional Carlos Abascal Carranza, su objetivo principal es el
lograr que gane las elecciones el candidato del PAN, el michoacano Felipe
Calderón Hinojosa, en donde se incluye a la ex secretaria de Desarrollo,
Josefina Vázquez Mota para articular los resortes de los programas
sociales a favor de la causa blanquiazul. En la reunión del martes pasado
del presidente con el Consejo Interreligioso de México, “las iglesias”
fueron autorizadas por mandato presidencial a “contribuir” en el proceso
electoral que, destacad en su decálogo, lo harán con la promoción del voto
razonado sin favorecer a ningún candidato, lo que es una contradicción
directa. Razonar se entiende como la
capacidad para definir entre el bien y el mal. Es decir que para razonar
el voto, el feligrés recibirá la orientación de su pastor o cura, cuyo
razonamiento se fundará en sus propios principios doctrinarios que deberán
observarse en un determinado candidato, lo que quita cualquier
imparcialidad a la actuación religiosa. Es decir, que la iglesia
mayoritaria con el número de feligreses, la católica, encabezada en ese
acto por el fallido candidato papal Norberto Ribera Carrera, tiene
facultad, aunque sea de facto, para proseguir su proselitismo en contra de
los partidos que desde su punto de vista, atente contra la vida, como
sería el PRD y el PRI, por lo que es proclive al
PAN. Ya lo curas han iniciado su
beligerancia electoral en donde condenan al PRD por su intento de aprobar
la eutanasia y al PRI por la supuesta participación de Carlos A. Madrazo Becerra en el enfrentamiento político de los
seguidores del gobierno con los anarquistas que violentamente exigían el
regreso de los fueros clericales. El hermano del actual secretario
de Gobernación fue uno de los activistas clericales que incluso, escribió
un libro en donde condena al general Lázaro Cárdenas del Río, el
presidente que expropió el petróleo, que inició la educación rural y abrió
la educación superior a los trabajadores, entre otros logros, por haber,
dicen, protegido a los criminales de Coyoacán,
sin mencionar la agresión de los feligreses. Lo más grave, empero, es que la
Constitución Política de México, es letra muerta. Con base en el párrafo
tercero del artículo 24 se ordena: “”Los actos religiosos de culto público
se celebrarán ordinariamente en los templos. Los que extraordinariamente
se celebren fuera de estos se sujetarán a la ley
reglamentaria”. Con el acuerdo de Gobernación y
el CIM, se autoriza de facto que en los templos se realicen campañas
electorales, que serán favorables a un candidato que si antes no era alfil
del señor Fox y que le corrió del gabinete por
destaparse anticipadamente, ahora representa su única esperanza para
quedar en la impunidad del saqueo nacional. Por si fuese poco, se “incluye”
disfrazadamente al alto clero político en acciones de gobierno que con
base en el artículo 49, corresponde al “Supremo Poder de la Federación
(que) se divide, para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial” y
para poder reformar la participación clerical se requiere de las tres
cuartas partes del legislativo en la reforma constitucional
correspondiente. Se abren riesgos peligrosos si
se recuerda que el alto clero político ha insistido en recuperar sus
fueros económicos y políticos desde 1855, e incluso, desde 1977 en que se
designó Girolamo Prigionni como
Nuncio para México, en avanzar hacia la consolidación de una religión de
estado que ha costado mucha sangre a los
mexicanos. À | ||
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