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Dependencia
alimentaria Por Mario Luis ALTUZAR
SUAREZ Como regalo de Día de Reyes, los
campesinos recibieron del foxismo la solución a la devastación de la
infraestructura agrícola: “Cambien de cultivo (…) seguramente la pasarán
menos mal”, que consolidaría la dependencia alimentaria, dejaría el campo abierto a las
transnacionales y liberaría el principal producto de exportación que son
los campesinos. Un mensaje claro y transparente,
como corresponde al espíritu del cambio, que enterró, por lo menos en la
retórica, la Ley Agraria promulgada en 1915 como respuesta al Moviendo
Revolucionario de 1910 que le costó un millón 800 mil vidas al país y que
recordó en Boca del Río, Veracruz, la Confederación Nacional
Campesina. En respuesta a los reclamos de
los delegados campesinos el secretario de Economía desde febrero de 2003,
Sergio Alejandro García de Alba, sugirió el cambio de cultivo y que se
dediquen a la producción de leche que exige millonarias inversiones o a la
herbolaria tan necesaria en la industria mágica de los hechiceros, tal
vez, pensando inconscientemente de que un milagro es la única solución
para salvar al campo mexicano. Puede reconocerse la congruencia
del gabinetazo ya que esa posición la manejó el ex secretario de
Agricultura, Javier USA-biaga, el zar del ajo
miembro del Poderoso Grupo León en donde se incubó el Yunque que coordina
a los sectores nacionales de ultra derecha. Una política del Mesías del
Cambio al observar la insensibilidad del actual secretario de Agricultura,
Francisco Mayorga Castañeda, que anunció el seis de enero, la reducción al
presupuesto agropecuario en rubros no prioritarios para el 2006, y con
base en su correligionario en Economía, estos son los que producen los
alimentos para México. Se obedece así, el mandato de
los arietes imperiales, el FMI y el Banco Mundial, se cancelar los
subsidios mientras que la administración Bush
sostiene ese apoyo oficial a sus productores agropecuarios que les permite
una desleal competencia con todo el mundo. Es cierto que el proyecto industrializador mexicano iniciado al concluir la
Segunda Guerra Mundial se orientó a desestimular
al campesino con el signo ominoso de que en 1966 la raza del maíz importó
maíz para la demanda interna, también es cierto que los efectos
catastróficos del salinista Acuerdo de Libre
Comercio con Estados Unidos y Canadá se profundizaron por el adoctrinado
en una embotelladora transnacional. Una situación que reconoció el
mismo García de Alba: “No se ha llegado al punto ideal, se siguen
reduciendo empleos en las zonas rurales y continúa la migración” y que
conforme a la política agropecuaria a favor de las transnacionales, es un
éxito del foxismo al ocupar el primer lugar como
generador de divisas, los indocumentados perseguidos por el
Imperio. Bajo el sofisma, una mentira
presentada como verdad, el foxismo sostiene que
la solución es la eficiencia y la visión de mercado, en donde los
minifundistas e indígenas que ingresan 8.30 pesos diarios, debería
adquirir computadoras de cuando menos cuatro mil pesos, para insertarse en
los supuestos beneficios de la globalización
imperial. El líder de la CNC, el oaxaqueño
Heladio Ramírez López, apuntó: “Los campesinos
que están aquí no se sienten en el escenario de la competencia, no son de
los beneficiados de ese acuerdo comercial”. Contrasta esta lacerante
realidad con el optimismo del PAN, la franquicia política que permitió el
asenso a la Presidencia del quebrado productor de botas y rescatado por el
FOBAPROA, para retener el poder en las elecciones de julio próximo, ya que
una encuestadora que sirve al partido desde hace 15 años, reporta que la
preferencia electoral favorece en 35% del voto al blanquiazul Felipe
Calderón Hinojosa, frente al 33% del perredista
Andrés Manuel López Obrador, 30% del priísta Roberto Madrazo Pintado. Cifras que de ser ciertas,
demostraría el gran trabajo de Acción Católica a favor del panismo con el apoyo del alto clero político que
impulsa La Otra Campaña con la convocatoria al sentimentalismo de los
mexicanos con la muerte de la Comandante Ramona. De otra forma, sería un
engaño ya que el voto verde tiende a desaparecer como sector productivo
para convertirlos en productos de exportación y que difícilmente estarían
a favor de su extinción definitiva con el añorado triunfo de Calderón
Hinojosa. À | ||
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