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Arcano Político

Por Mario Luis ALTUZAR SUAREZ

 

¿Mío Cid?

Desdibujado en su futuro político, el perredista tabasqueño Andrés Manuel López Obrador prepara, lo que podría ser su última batalla, en Michoacán. Enfrentará a Cuauhtémoc Cárdenas en la selección del candidato del PRD a gobernador. Cifra su esperanza en que fracase el operativo federal anticrimen.

Ayer, en Tuxtla Gutiérrez, el ex candidato presidencial mostró su desgaste en la convocatoria. Podría atribuirse al deslinde del gobernador Juan Sabines Guerrero de las tácticas del tabasqueño, al recibir al presidente Felipe Calderón el 14 de diciembre. Empero, ese mismo día, en Chetumal, reconoció que su futuro político es incierto.

Existe la certeza de que equivocó la estrategia. El medio punto porcentual con el que perdió la presidencia representó un capital político para encumbrarle como el líder opositor con suficiente peso moral para señalar con índice de fuego los errores del nuevo gobierno conservador y organizar un movimiento de izquierda moderno y fuerte.

Dilapidó su poder. Y arrastró a la izquierda mexicana al descrédito y a una debilidad que será difícil revertir. El secuestro de la capital mexicana, el apoderamiento de la tribuna de la Cámara de Diputados el 1 de septiembre y su fallido intento de repetirlo mediante la fuerza el 1 de diciembre y Oaxaca, calaron hondo en el electorado.

La equivocación tiene su costo. Lo resumió el gobernador chiapaneco al agradecer al jefe del ejecutivo Calderón su atención al estado: “Hay quienes desean que le vaya mal al presidente por intereses mezquinos y ajenos a los anhelos de los mexicanos”. Confirmó la buena relación el líder estatal del PRD, Carlos Esquinca Cancino.

El abandono al señor López se materializa en la Cámara de Diputados. Sus legisladores buscan una alianza desesperada con el PAN para recuperar lo perdido en Oaxaca. Trasciende al partido. El desorientado vocero Gerardo Fernández Noroña anuncia que defenderán con todo a su correligionario Flavio Sosa y recula días después con el argumento de escasez de recursos.

Sus fieles son incapaces de pactar la unidad partidista, incluso, en la Asamblea de Representantes del Distrito Federal. La lucha por el poder entre las corrientes Nueva Izquierda y la Izquierda Democrática, reventó la sesión del 14 de diciembre, con la ayuda de Jorge Carlos Díaz Cuervo, empleado de Emilio Gamboa Patrón.

Con esta marcada debilidad, el ex candidato presidencial se enfrenta a Cuauhtémoc Cárdenas. Mueve a su alfil, el senador Leonel Godoy Rangel para disputar la candidatura del PRD a gobernador de Michoacán, al cardenista Enrique Bautista Villegas. Ganó la primera batalla, al revertir la Suprema Corte la reforma constitucional local con 39 de 40 votos de los legisladores, para empatar las elecciones estatales con las federales.

Al decir el diputado federal, Antonio Soto, cabeza de la corriente Nueva Izquierda, que hoy

"no existe el figurón ni la talla de candidato que tuvimos en 2001 con Cárdenas Batel", y que el principal lastre político está en los nulos resultados del gobernador en la seguridad, se apuesta al fracaso del operativo federal anticrimen para el triunfo de Godoy Rangel.

Sin embargo, la transferencia de 10 mil efectivos militares y marinos a la Policía Federal Preventiva, podrían garantizar el éxito del gobierno federal, con el consiguiente fortalecimiento de Bautista Villegas que abriría la posibilidad de que Cárdenas recupere el control del PRD para restaurar a la izquierda como una opción política en 2012.

Tiene razón el chiapaneco Sabines: “Hay quienes desean que le vaya mal al presidente por intereses mezquinos”. Así, es difícil que el señor López repita la historia del Mío Cid.

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