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Columnas
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Derrotado el gobierno conservador en su primera batalla legislativa por el gasto austero en la educación, se perfila políticamente el fortalecimiento del PRI, en donde siendo tercera minoría, es el fiel de la balanza en las decisiones finales, de las que dependerá su futuro estrechamente relacionado con el destino del país. Si el 1 de diciembre se mostró su necesaria presencia para que asumiera como Presidente Constitucional el señor Felipe Calderón, en los días subsecuentes ejerció su peso en el rechazo al recorte superior al 7% en el presupuesto de educación superior y del 3% en la enseñanza básica. La maniobra del gobierno federal para desactivar el repudio al gasto educativo, al nombrar como subsecretario de Educación Básica a Fernando González Sánchez, yerno de la propietaria del sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo, después de la crítica severa de su hija Mónica Arriola Gordillo, parecería una muestra de debilidad. Desde la óptica del senador priísta Francisco Labastida Ochoa, ese nombramiento fue un premio de consolación ya que el pago de cuotas hubiese sido con el nombramiento de la dirigente magisterial como Secretaria de Educación. Aunque el PRD estima que desde esa subsecretaría tendrá el control del presupuesto federal y las cuotas sindicales. Consolidó su poder económico y político si se considera el nombramiento como director general del ISSSTE del veracruzano Miguel Ángel Yunes Linares, alfil de la chiapaneca en el fallido intento de gravar con el IVA a medicinas y alimentos, entre otros, que les costó el liderazgo de la fracción parlamentaria del PRI en 2004. Una posición clave por el antecedente foxista de intentar privatizar los servicios médico-asistenciales con el argumento de que las pensiones y jubilaciones descapitalizaron al ISSSTE y al IMSS, sin descontar que quiso deponer al líder de la FSTSE, el priísta Joel Ayala y al fracasar, se autorizó la creación de una federación paralela. Además, el programa económico foxista respondió a las sugerencias del Banco Mundial en febrero de 2001, que intentó aplicar desde la subsecretaría de Hacienda, Agustín Carstens. Se vuelven a encontrar. Y al Programa de Retiro Voluntario por 200 mil pesos sin mayor indemnización, se propone ahora el congelamiento de plazas en la burocracia. Ante la insistencia de adelgazar la nómina del gobierno federal, diversos líderes de la burocracia se preguntan: ¿quién hará el trabajo? Las inspecciones sanitarias, tributarias, de comercio, por ejemplo, es difícil que se realicen por sistemas cibernéticos cuya eficiencia se reduce a obstaculizar los pagos, como el del prometido bono sexenal en este año. Temas que esperan el momento de ser discutidos en la Cámara de Diputados, y que por su trascendencia económica y social, podría anticiparse un amplio debate cuyo resultado final dependerá de la posición que asuman los legisladores priístas para dar mayoría a los panistas o a los perredistas. Aunque la madre de las batallas será la miscelánea fiscal. No es lo mismo buscar la reasignación de 15 mil 500 millones de pesos a favor del presupuesto a la educación media superior y superior, que ubicar los ingresos para el gasto federal, máxime que el aumento del inexplicable endeudamiento de la administración anterior, dejó sin margen de maniobra al gobierno del señor Felipe Calderón. Un panorama que incita la tentación de la austeridad washingtoniana a favor de los grandes capitales y transnacionales por encima de la austeridad republicana de Benito Juárez al servicio de los intereses nacionales. Por cierto, a las 13:30 horas de hoy, presentaremos el libro Vigencia de Juárez en la Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de México. |
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