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Arcano Político

Por Mario Luis ALTUZAR SUAREZ

 

Retos

Empieza hoy el nuevo ciclo de la política económica de México, al entrar a discusión el Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos en una Cámara de Diputados con orgullos lastimados que deberán enfriarse para escudriñar con la fuerza de la razón, las propuestas del secretario de Hacienda, Agustín Carstens.

La presencia del encargado de las finanzas públicas en el Palacio de San Lázaro, es un signo alentador de que la administración Calderón pondera el diálogo. Sin embargo, el funcionario carga el lastre de su pasado inmediato, cuando operó en 2001 las sugerencias del Banco Mundial para gravar alimentos y medicinas, entre otros.

Una propuesta que fracasó y provocó en 2004 la caída de la coordinadora de la fracción parlamentaria priísta, la chiapaneca Elba Esther Gordillo Morales y que ahora, parecería contar con el espaldarazo de unos tricolores más interesados en el control del PRI para cumplir sueños personales en el 2012.

Distraerse en este momento, empero, lo mismo puede sacrificar el futuro personal que el de una nación devastada económicamente a partir de 1982 en que se importaron las recetas del imperio a favor de las transnacionales y contrarias a la planta productiva nacional con sus efectos colaterales en el desempleo, pobreza y la inseguridad.

Es cierto que el presupuesto entregado el 5 de diciembre, " propone una importante simplificación tributaria, así como una reasignación del gasto público hacia el gasto social, en desarrollo económico, en seguridad pública y en infraestructura” que permita: "Incrementar la competitividad”

Hay elementos recurrentes en los últimos 24 años: Simplificación tributaria con tantas modificaciones anuales que al más cumplido contribuyente lo dejan al margen de la ley, y el fallido intento del foxismo de simplificarla con el IVA, un impuesto en cascada con su impacto en los menos favorecidos.

Contrasta la generosidad impositiva hacia los grandes consorcios, sin descontar reformas al Código Penal que les permite eludir castigos cuando incurren en evasión mientras que un pequeño contribuyente recibe todo el peso de la ley al incurrir en omisiones por la incapacidad de pagar un servicio contable.

Otro elemento, reasignar del gasto público al desarrollo económico y a infraestructura, abre un abanico de posibilidades a los grandes capitales, lo mismo como empresarios que como proveedores con la agravante de que la infraestructura construida con recursos públicos se ha privatizado, como las carreteras y los ingenios azucareros, para estatizarlos después.

Años en que el uso del lenguaje ha permitido ignorar al Congreso de la Unión. En energía eléctrica y petrolera, la clandestina privatización se disfrazó con el eufemismo de “cogeneración” de energía. Y el señor Carstens cambió el concepto de “pobreza extrema” a la de subsidiodependientes, por mencionar un antecedente.

Elementos que, se antoja pensar, requiere de la concentración de los legisladores en las propuestas del gasto público, para responder a sus electores, y tomar conciencia de que mantener la defensa de sus orgullos lastimados, sería tanto como caer en connivencia con los designios del Banco Mundial y el FMI, a que es tan afecto el secretario de Hacienda.

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Correo: :altuzar@arcanorevista.com

 

 

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