Columnas

 

Arcano Político

Por Mario Luis ALTUZAR SUAREZ

 

Waterloo foxista

Empieza a ejercitarse el músculo político opositor. Hoy medirá su consistencia en el paro nacional convocado por la disidencia magisterial, CNTE. Una prueba crítica para el señor Vicente Fox, obligado por el Congreso a responsabilizarse y enfrentar los signos de violencia social, producto del vacío de poder presidencial de seis largos años.

Los atentados del 6 de noviembre contra el PRI, el TRIFE y un banco, que se adjudicó una coordinadora de 5 grupos guerrilleros con 16 años de operaciones, se complementaron un día después con el estallido de dos granadas de fragmentación en el fraccionamiento Loma Bonita de Ixtapa-Zihuatanejo, Guerrero, para recibir a los mandatarios saliente y Electo que participaron en el XIII Congreso de Comercio Exterior Mexicano.

Indicios que interpretó el presidente Electo, Felipe Calderón, como la pérdida del respeto a la ley y a la autoridad y al comprometerse a recuperar la seguridad, anunció que costará muchas vidas.

Sin embargo, en el autismo de poder del señor Vicente Fox se ignora la realidad. Se quejó de haber sido secuestrado por los priístas y perredistas que impidieron que viajara a Australia en donde radica su hija Paulina y a Vietnam para que asuma su responsabilidad de enfrentar, aunque sea en los últimos días de su gobierno, la crisis política nacional.

Acusó al PRI de querer endosarle el problema oaxaqueño, soslayando que se originó por la insensibilidad del secretario de Educación, el regiomontano Reyes Tamez, para atender los justos reclamos económicos de los maestros oaxaqueños y que se rebasó hacia un legítimo movimiento social por el rencor de su amiga, Elba Esther Gordillo Morales.

Todos perdieron en la aventura de querer sepultar al PRI. La Hoffa chiapaneca clama ser incluida en la negociación con los maestros; el secretario de Gobernación, se eminencia Carlos Abascal redujo a una caricatura a la Policía Federal Preventiva, el señor Fox no pudo visitar a su hija y, lo más grave, que se prendió la mecha del México bronco.

Los efectos inmediatos se reflejaron en la caída del 0.62% de la Bolsa Mexicana de Valores con pronóstico de continuar a la baja a partir del 6 de noviembre, pese al esfuerzo del discípulo de Miguel de la Madrid, Francisco Gil Díaz, para dar tranquilidad a los mercados con el anuncio de que la inversión creció en agosto el 10.8% de enero a agosto.

Y es que los capitales son nerviosos ante la amenaza de la Coordinadora Revolucionaria de 5 grupos guerrilleros con células en Milpa Alta, Iztapalapa y Netzhualcoyotl, así como en 14 estados, de tener como objetivos militares a las 40 transnacionales asociadas con mexicanos que financiaron una campaña contra el perredista tabasqueño López Obrador.

Grupos armados que fueron identificados por Inteligencia Militar desde 1990 en Campeche, Yucatán y Chiapas con ramificaciones posteriores en Oaxaca, Guerrero, Morelos, Puebla, Hidalgo, Estado de México, entre otros. Es irresponsable, entonces, querer ocultar la actividad guerrillera como lo pretendió hacer el farabundista Rubén Aguilar Valenzuela.

Máxime que el Manifiesto guerrillero anunció su protección al movimiento de la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca que se constituirá el 19 de noviembre la Asamblea Nacional de Pueblos de México, y nutrirá la Convención Nacional Democrática en el 96 Aniversario de la Revolución Mexicana que ungirá a López Obrador como “Presidente Legítimo”.

No es casual, entonces, que Andrés Manuel encabezara el 6 de noviembre en el Distrito Federal, un mitin de apoyo a los oaxaqueños amotinados, como preámbulo de su gira por el interior del país. Se notó la ausencia de su paisano Graco Ramírez Garrido Abreu, detenido en 1992 por sospecharse que era enlace con la guerrilla y liberado por orden presidencial.

Allí, César Mateos Benítes demandó al autoproclamado presidente Legítimo y a sus seguidores, a participar en el paro nacional que propuso para hoy la CNTE. Se cumplió el protocolo para empalmar la crisis oaxaqueña con López Obrador que dijo: “Creyeron que era fácil robarnos la Presidencia”. Un Waterloo foxista que pagaremos los mexicanos.

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