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Arcano Político

Por Mario Luis ALTUZAR SUAREZ

 

Interinato

“Dejemos a la autoridad trabajar”, pidió el secretario de Gobernación al mismo tiempo que el presidente Vicente Fox condenó los atentados de la madrugada del lunes pasado y la Secretaría de la Defensa Nacional se quejó del secuestro y tortura de dos militares que descansaban en las inmediaciones de la Universidad de Oaxaca.

Surgen las interrogantes: ¿Quién gobierna en estos momentos? ¿Para qué se pagan impuestos que se supone, servirían para garantizar la seguridad de los mexicanos? ¿De qué sirve el ejército? ¿Para qué mantener a las diferentes corporaciones policíacas? ¿En qué se destinaron los millonarios presupuestos en armas si se usan resorteras y canicas? En fin…

Parecería ser que la gobernación del país se entiende únicamente como la recaudación de recursos por medio de la cacería de brujas autorizada por el Congreso de la Unión a partir del 6 de octubre pasado, a la Secretaría de Hacienda, necesarios para la costosa ropa de marca, toallas de seis mil pesos, viajes de lujo y la apropiación de las riquezas del estado.

Usar todo el peso del Estado cuando los periodistas se atrevan a desnudar la particular forma de administrar del señor Vicente Fox, ejercer los presupuestos publicitarios en mensajes televisivos que sonrojarían el culto a la personalidad de Adolfo Hitler y aprovechar la oportunidad única de hacer próspera a la familia y asociados.

Conocer el mundo con cargo a los contribuyentes bajo el sofisma de pregonar urbe et orbi la democracia creada por obra y gracia del Mesías del Cambio para ocultar la incapacidad del empleado de las transnacionales que hereda la anarquía nacional con sus signos de profundo rencor social por el empobrecimiento y el baño de sangre del país.

Podríamos decir: ¡Gracias a Dios sólo faltan 22 días! Pero la nación en llamas presiente que lo peor está por venir.

Por lo menos así se interpreta al observar que la única institución con respeto en la sociedad pasó a la historia cuando se queja públicamente del secuestro y tortura de dos de sus efectivos militares por los amotinados en Oaxaca sin que sea escuchada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos tan ocupada en proteger la impunidad criminal.

Sería risible la imagen de elementos de la Policía Federal Preventiva con resorteras y canicas para defenderse de la agresión de los macheteros atenquenses, panchos villas y cegeacheros que acudieron en apoyo de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, de no ser por lo que simboliza: Reducir a simple caricatura a las fuerzas del orden.

Si el señor Vicente Fox claudicó en su responsabilidad constitucional de respetar y hacer respetar la Constitución y las leyes de ella emanadas, es normal que el desorden cunda por todo el territorio nacional: Secuestro de la familia de un comandante de la PFP en Acapulco y la detonación de bombas ¿caseras?, en el PRI, el TRIFE y un banco en el D. F.

Profundización de la violencia en la víspera de que se constituya la Asamblea Nacional de los Pueblos de México el 19 de noviembre y un día después, la asunción del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, autoproclamado “presidente Legítimo” con la mano alzada de un millón de perredistas, el 0.9 por ciento de la población nacional.

Cómo si los demonios se hubiesen soltado para impedir que asuma la Presidencia el 1 de diciembre el panista Felipe Calderón, que ni siquiera era el candidato del señor Fox y menos de su cónyuge tan favorable al científico porfirista Santiago Creel Miranda, mencionado como el “Elegido” en un potencial interinato bendecido por el Cardenal Norberto Rivera. La pregunta obligada: ¿Cómo se pacificará al país?

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Correo: :altuzar@arcanorevista.com

 

 

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